Iciar Iturmendi,
Psicología
Distingo entre lo que es viajar y lo que es vivir en un lugar, llegar a tener una rutina en un lugar diferente a aquel del que procedes. Ambas experiencias te aportan cosas importantes. Yo he tenido mucha suerte de haber podido vivir en otros lugares. Cuando tenía 15 años destinaron a mi padre a Houston (Texas, Estados Unidos). Por el periodo de la vida en el que yo estaba se hizo especialmente difícil la experiencia, pero también me marcó mucho porque al final desarrollé mi personalidad en esos años y gran parte de lo que soy es la diversidad de culturas y de gente. Aprendí a vivir y adaptarme a un contexto totalmente distinto al que yo estaba acostumbrada. En cuanto a esto, irte a vivir a otro país lo considero una experiencia muy enriquecedora.
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El hecho de viajar implica que tienes más tiempo de ver las cosas con calma. No tienes el entusiasmo de quien vive todas las experiencias al máximo, pero puedes ir construyéndote como persona con la tranquilidad del viajero. Esto me ha ocurrido estos últimos meses que he estado de Erasmus en Santiago de Chile. Cuando se que voy a estar en un sitio durante mucho tiempo aprovecho para conocerme más a mi misma en términos de los diferentes contextos que me rodean.
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He tenido la suerte de hacer muchos viajes, pero me marcó especialmente que en diciembre estuve con mis amigos en la Patagonia chilena. Lo que me encantó de ese viaje fue nuestro poder de improvisar, y si surgia cualquier inconveniente ese inconveniente no era nada comparado con el hecho de que estábamos en el fin del mundo. Otro viaje especial que me marcó fue cuando estaba en USA vino mi abuela paterna y volamos desde Houston a Seattle. En ese viaje conocí Seattle de una manera muy especial porque mi abuela ya había estado en Seattle cuando tenía 18/19 años durante un año haciendo una estancia en una universidad de bibliotecaria. Fuimos al sitio donde vivía mi abuela y encontramos su foto en el anuario de la universidad, lo que para mí supuso conocer la ciudad de Seattle en el contexto en el que estaba en ese momento pero también a través del cariño que le tenía a mi abuela. Se me hizo muy interesante viajar a través de los ojos de una persona que ya había viajado y vivido en ese lugar pero que hacía 50 años que no volvía.
